Cuando pensamos en cuidarnos o empezar una dieta, una de las primeras cosas que suele
desaparecer de nuestro plato es el pan. Pero, ¿realmente el pan es el culpable del aumento de
peso? Hoy en el blog de Kemma despejamos las dudas.
El pan no es tu enemigo
El pan, como cualquier otro alimento, no es bueno ni malo por sí mismo. Todo depende de la
cantidad que consumas, el tipo de pan que elijas, y cómo lo combines dentro de tu
alimentación diaria.
La clave está en el equilibrio. Si llevas una mala alimentación y una vida sedentaria, comer pan
en exceso puede contribuir al aumento de peso, pero no por el pan en sí, sino por el exceso de
calorías totales.
¿Todos los panes son iguales?
No todos los panes tienen el mismo valor nutricional. El pan blanco, por ejemplo, está hecho
de harina refinada, lo que significa que ha perdido gran parte de su fibra y nutrientes durante
el proceso de refinamiento. Por otro lado, los panes integrales o de masa madre contienen más
fibra, vitaminas y minerales, y además ayudan a mantenernos saciados por más tiempo.
El pan y el deporte
Si llevas una vida activa, ¡el pan puede ser tu aliado! Como fuente de carbohidratos, te
proporciona la energía necesaria para rendir mejor en tus entrenamientos. El truco está en la
porción y el momento del día en que lo consumes. Antes de entrenar un pan acompañado de
una proteína magra puede ser una excelente opción.
Con todo esto podemos llegar a la conclusión de que…
El pan no tiene por qué estar fuera de tu vida si tu objetivo es mantener un peso saludable. Lo
importante es mantener una dieta equilibrada, moverte todos los días y recordar que ningún
alimento, por sí solo, causa aumento de peso.
En Kemma, creemos que el equilibrio es la base de un estilo de vida activo y feliz





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